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- 10 temáticas clave que marcarán el próximo año
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Aquellos que buscan identificar los impulsores del mercado que aún no están en el radar subestiman la capacidad de los mercados de capitales. A menudo criticados por su visión a corto plazo, estos mercados, sin embargo, intentan constantemente valorar desarrollos que se encuentran en un futuro lejano. ¿Por qué, si no, tendrían las empresas biotecnológicas deficitarias valoraciones de mercado positivas? ¿O sectores altamente rentables como el automotriz o el petrolero han tenido un rendimiento inferior al del mercado durante años? ¿O la inteligencia artificial (IA) ha generado billones en valor en los mercados bursátiles mucho antes de que se aclare cómo se puede utilizar de manera rentable en gran parte de la economía?
El objetivo de este estudio es ofrecer una conclusión provisional sobre las tendencias que ya preocupan al mercado y que seguirán siendo relevantes durante algún tiempo, aunque sus trayectorias e impactos futuros aún no estén claros. Es posible que su potencial aún no se aprecie completamente: están evolucionando y podrían dar lugar a modelos de negocio que ni siquiera imaginamos hoy. Del mismo modo, su importancia futura podría estar sobreestimada: sus limitaciones podrían pasarse por alto en la euforia inicial.
Evaluar estas tendencias se vuelve particularmente complicado cuando se considera que los desarrollos en diferentes áreas pueden influirse mutuamente de manera significativa. Por ejemplo, la inteligencia artificial (IA) podría ser un catalizador crucial en el desarrollo de nuevos medicamentos. A su vez, el progreso médico impacta en las tendencias demográficas, que afectan los mercados de bonos.
Es probable que pase algún tiempo antes de que los inversores en países industrializados abandonen los supuestos de tasas de interés que prevalecían en épocas de crecimiento poblacional. Más tangibles para los inversores en bonos son los efectos del nuevo ciclo de recortes de tasas de interés por parte de los bancos centrales. En el extremo corto, los rendimientos seguramente caerán; lo que sucederá en el extremo largo es mucho más incierto. Este informe también aborda qué secciones de la curva de rendimiento parecen particularmente atractivas en este contexto.
La caída de los tipos de interés y el crecimiento de la población son otras dos influencias importantes. ¿Generarán un segundo superciclo de productos básicos? ¿Es inevitable debido a años de subinversión en el lado de la oferta? ¿O se necesitaría una nueva ofensiva de inversión china para que los precios de las materias primas vuelvan a subir?
China desempeña un papel crucial en otro problema a largo plazo: la velocidad a la que el dólar está perdiendo su papel dominante en el movimiento global de capitales y bienes. Algunos países buscan reducir su dependencia de EE.UU. por razones geopolíticas. Algunos inversores están preocupados por las políticas de deuda y gasto de Washington. Además, algunos inversores han comenzado a considerar las monedas digitales.
Aquellos que consideran que las criptomonedas son demasiado arriesgadas pueden sentirse más cómodos con otra clase de activos emergentes: inversiones en infraestructura accesibles para inversores privados, ya sea en capital accionario o de deuda. Aunque muy diferentes de las criptomonedas, ambas opciones pueden ayudar a diversificar una cartera tradicional.
¿Por qué es esto importante? Porque somos conscientes de nuestras propias limitaciones, así como de las del mercado, que intenta prever el futuro pero, en última instancia, no puede predecirlo con certeza. Por lo tanto, no debería sorprendernos que ocurran sorpresas: lidiar con ellas es el sello distintivo de los inversores experimentados. Saben por experiencia que pueden evitar las mayores decepciones manteniendo una cartera ampliamente diversificada, incluso si, o precisamente porque, un puñado de gigantes tecnológicos estadounidenses ha tenido tanto éxito en los últimos años.
La parte final de este estudio también trata de evitar decepciones. Presentamos un escenario de riesgo pronunciado con todas sus consecuencias. No estamos hablando de cisnes negros (eventos altamente impredecibles), sino de rinocerontes grises. En otras palabras, riesgos importantes y conocidos que no se han presentado amenazadoramente a la vista durante tanto tiempo que los inversores se han olvidado de ellos.