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- Temática #1 - Cambio demográfico
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El envejecimiento de la población mundial tiene inevitables repercusiones en la economía y los mercados financieros. Una fuerza laboral reducida deberá atender a un número creciente de jubilados (ver gráfico). A medida que la esperanza de vida siga aumentando, las necesidades de la población anciana no se limitarán únicamente a la salud y la atención médica. Dado que las personas mayores de hoy en día gozan de mejor salud que sus predecesores, sectores como la industria del ocio y los viajes también deberán adaptarse y orientar sus ofertas hacia este nuevo grupo objetivo.
La tasa de dependencia de la vejez está aumentando de manera significativa.
Fuentes: Naciones Unidas, DWS Investment GmbH; datos a 10/09/2024
Proyección del número de personas mayores (mayores de 65 años) en relación con 100 personas en edad laboral (15-64 años) ***
Según las Naciones Unidas, la proporción de personas mayores de 65 años se duplicará en las próximas tres décadas. Para 2050, se prevé que los países asiáticos tendrán la mayor proporción de este grupo. Este fenómeno ya es crítico en Japón, y otras economías asiáticas están siguiendo esta tendencia a medida que la esperanza de vida aumenta rápidamente. Para 2050, aproximadamente el 40% de la población en Hong Kong, Corea del Sur y Japón tendrá 65 años o más, en comparación con solo el 20% en muchos países desarrollados.
Dada esta tendencia, es probable que el número de personas mayores que se jubilen supere significativamente al de personas jóvenes que se incorporen al mercado laboral. Esto se debe a que una mayor esperanza de vida no se traduce automáticamente en una vida laboral más prolongada. Es imperativo crear más oportunidades para el aprendizaje permanente y el reciclaje profesional, y utilizar la tecnología para aumentar la productividad.
Sin contramedidas efectivas, el envejecimiento de la población podría llevar a un crecimiento económico más débil, una disminución de los ingresos fiscales y, por ende, una reducción del margen para la inversión gubernamental. Una población envejecida también puede representar una amenaza para la sociedad si el aumento de los pagos gubernamentales a los fondos de pensiones genera brechas de financiamiento en áreas como la educación.
En nuestra opinión, será difícil financiar todas las medidas necesarias sin recurrir a los mercados financieros. Esto es particularmente relevante para los sistemas de pensiones. En Alemania, por ejemplo, alrededor del 21% del presupuesto federal ya se destinará al primer pilar del sistema de pensiones para 2024.
El comportamiento de ahorro de los jóvenes también deberá cambiar significativamente, ya que necesitarán más pensiones del segundo y tercer pilar en el futuro. Anticipamos un aumento significativo en el número de participantes en el mercado debido a nuevas regulaciones que promuevan las inversiones en pensiones, como en fondos de renta variable o bonos.
Aún no está claro cómo afectarán los mercados financieros los requisitos modificados para los fondos de pensiones estatales y el aumento de la provisión de pensiones privadas. Si se ahorra más en los años jóvenes, por ejemplo, en bonos supuestamente seguros que se venden en lotes en los años de jubilación para cerrar la brecha de las pensiones privadas, los rendimientos eventualmente tendrán que aumentar para mantener los valores atractivos para los inversores más jóvenes.
No obstante, creemos que algunos sectores también se beneficiarán. El necesario cambio de paradigma en el sector de la salud y la atención médica debería brindar apoyo. En particular, la prevención, el diagnóstico y la detección tendrán una demanda adicional. También anticipamos una mayor demanda en áreas de gasto más placenteras como el ocio, la gastronomía, la tecnología y los viajes.