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- Temática #5 - Democratización del mercado de capitales
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El mundo requiere inversiones masivas en infraestructura para impulsar la transición energética, combatir el cambio climático y modernizar la infraestructura digital. Tanto las inversiones privadas como las públicas serán esenciales, y los inversores minoristas ahora pueden participar gracias a la democratización del mercado de capitales, que les abre nuevas oportunidades.
La infraestructura se ha consolidado como una clase de activo en auge. Su valor inherente ha sido destacado por el prolongado período de alta inflación y la reciente volatilidad en los mercados de acciones y bonos. La infraestructura es fundamental para la economía y nuestra vida diaria, y puede ofrecer rendimientos menos dependientes de los ciclos económicos en comparación con otras clases de activos. Además, su horizonte de inversión significativamente más largo podría proporcionar estabilidad en un entorno de mercado volátil. Las tendencias estructurales a largo plazo y una alta demanda reprimida deberían seguir apoyando la inversión en infraestructura en los próximos años y décadas. El mundo está cambiando y la necesidad de inversión en infraestructura está siendo impulsada por la transición energética, entre otros factores.
La Unión Europea estima que se necesitarán 1,5 billones de euros anuales para alcanzar su objetivo de emisiones netas cero para 2050. También se requieren importantes mejoras en la infraestructura digital, como la instalación de banda ancha de fibra óptica, antenas de telefonía móvil y centros de datos. Los inversores minoristas pueden participar en estas iniciativas. La Unión Europea ha desarrollado los Fondos Europeos de Inversión a Largo Plazo (ELTIF, por sus siglas en inglés) para garantizar que los proyectos de infraestructura, así como otras oportunidades de inversión en un mercado de capitales mayoritariamente privado, reciban una mayor afluencia de fondos de inversores. Los ELTIF se autorizaron por primera vez en 2015 y, en general, se consideraron un fracaso debido a la naturaleza restrictiva de la regulación original. Sin embargo, en 2023, el ELTIF 2.0 introdujo cambios significativos y favorables para los inversores, lo que ha provocado un aumento en la emisión y comercialización de estos fondos.
Los inversores minoristas impulsan el crecimiento de los mercados privados
Fuentes: McKinsey, DWS Investment GmbH; datos a 10/10/24.
No obstante, los inversores minoristas deben tener en cuenta que estas inversiones son a largo plazo, generalmente con una duración mínima de diez años. Aunque se utilizan términos como “semilíquidos”, consideramos que estos productos deberían clasificarse como ilíquidos en comparación con los productos del mercado público. Sin embargo, ofrecen ventajas en la construcción de carteras que antes solo estaban disponibles para inversores institucionales.
Es probable que la democratización del mercado de capitales continúe avanzando de manera dinámica. “Desde el punto de vista de la estructuración de productos, los ELTIF están apenas comenzando”, comenta Annie Del-Giudice, directora sénior de Estrategia Alternativa en DWS. “Se están desarrollando rápidamente, pero los productos locales también siguen siendo muy demandados”. El aumento de los fondos de activos a largo plazo (LTAF) en el Reino Unido, la versión española de los fideicomisos de inversión inmobiliaria (SOCIMI) y las innovaciones recientes como los ETF de crédito privado, reflejan los esfuerzos por abrir el mercado de capital privado a una gama más amplia de inversores. En EE. UU., también hay una serie de productos diseñados para este propósito. La Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC) reconoció hace años que “dada la disminución del número de empresas públicas, lograr una verdadera diversificación sin asignar a los mercados privados es difícil”.
Estos mercados no solo están creciendo, sino que también están evolucionando, especialmente en su estructura de inversores. Se espera que los activos invertidos por inversores minoristas y personas con alto patrimonio en el mercado de capital privado crezcan a casi 7,5 billones de euros para 2028, un aumento de más de 3 billones de euros. Este es un avance positivo que debería contribuir a la transformación digital y a la reducción de emisiones netas de carbono en la economía, y ofrecer a los inversores más oportunidades para diversificar sus activos.