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- La volatilidad del mercado en noviembre reflejó rotaciones sectoriales pronunciadas en las principales acciones tecnológicas, impulsadas por renovadas preocupaciones sobre la burbuja de la IA y cambios en las expectativas de política de la Fed, lo que resultó en la mayor caída del S&P 500 desde la primavera antes de una recuperación tardía.
- Para el próximo año vemos potencial para un escenario de Ricitos de Oro continuo: crecimiento acelerado, política monetaria acomodaticia y tasas de inflación estables.
- A pesar de las altas valoraciones, creemos que "exuberancia racional" es la palabra clave: las acciones deberían estar respaldadas por continuas inversiones en IA y programas de estímulo fiscal, pero la selección sigue siendo importante, con la necesidad de mirar más allá de los nombres evidentes.
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1 / Perspectivas de mercado
1.1 Plano en la superficie – turbulento debajo
El resultado mensual de noviembre pareció tranquilo, con las acciones globales moviéndose en gran parte dentro de un rango y el S&P 500 registrando una ganancia modesta (+0,2%). Sin embargo, esa aparente calma ocultaba oscilaciones significativas durante el mes, impulsadas por la incertidumbre política y los acontecimientos geopolíticos.
El mes comenzó con el cierre gubernamental más largo en la historia de EE. UU., que finalizó el 12 de noviembre, dejando a su paso datos económicos sin publicar. Paralelamente, las expectativas cambiantes sobre la política de la Reserva Federal dominaron el sentimiento del mercado. Las señales agresivas a principios de mes provocaron la mayor caída bursátil desde la primavera, solo para que los comentarios acomodaticios y unos datos laborales más débiles revirtieran la tendencia. Las probabilidades de recorte de tipos para diciembre oscilaron del 24% a mediados de mes a más del 80% al cierre, subrayando la sensibilidad del mercado a las señales del banco central.
Más allá de EE. UU., los titulares geopolíticos añadieron complejidad. Las conversaciones de paz en Ucrania ofrecieron un camino tentativo hacia la desescalada (aunque, en nuestra opinión, menos probable de lo que estima el consenso), mientras que el presupuesto del Reino Unido y la postura política de Japón bajo el gobernador Ueda y la nueva primera ministra Sanae Takaichi reflejaron enfoques divergentes sobre crecimiento e inflación. Los bonos gubernamentales se movieron en direcciones opuestas a nivel global, los diferenciales de alto rendimiento se estrecharon y el yen se debilitó. El aumento continuo de los rendimientos de los bonos japoneses a largo plazo hasta niveles no vistos desde 2007 preocupa al mercado: el rendimiento a 10 años cerró el mes en 1,8% y desde entonces ha subido hasta casi 1,9%. Los rendimientos a 30 años son aún más alarmantes, alcanzando el 3,6%, su máximo desde que se tienen registros en 2000.
El yen sufre ahora, pero las tendencias en Japón podrían tener impacto global. Si los inversores japoneses se sienten atraídos por los mayores rendimientos domésticos, podrían reducir sus inversiones en el extranjero, especialmente en el mercado de bonos del Tesoro estadounidense, donde hasta ahora encontraban rendimientos atractivos.
1.2 El mercado parece estar viviendo el repunte de la IA con nuevos ojos
Noviembre centró la atención en el sector tecnológico, ya que las crecientes preocupaciones sobre una posible burbuja de IA provocaron una notable volatilidad entre los principales valores del mercado. Las denominadas acciones Magnificent 7, anteriormente el motor principal de las ganancias de capital, registraron una caída del –1,1%, su primer descenso mensual desde marzo, a pesar de los sólidos resultados de Nvidia. El lanzamiento del modelo Gemini 3 de Google intensificó las presiones competitivas, planteando interrogantes sobre el liderazgo futuro en IA y generando rotación dentro del sector: las acciones de Alphabet se dispararon (+13,9%), mientras que Nvidia retrocedió (–12,6%). La ansiedad de los inversores se reflejó también en la ampliación de los diferenciales de crédito de algunas compañías tecnológicas.
2/ Perspectivas y cambios
Al mirar hacia nuestras previsiones estratégicas para 2026, el entorno macroeconómico global se perfila con un crecimiento modesto pero generalizado, una inflación en descenso y un contexto de política favorable. Los bancos centrales de las principales economías están manteniendo las tasas estables o comenzando a relajarlas, mientras que la política fiscal, especialmente en Europa, se vuelve más expansiva. La economía estadounidense sigue mostrando resiliencia, Europa se beneficia del aumento del gasto en infraestructuras y Asia continúa centrada en el avance tecnológico. En conjunto, consideramos que el entorno macroeconómico es positivo, y las amenazas arancelarias y las tensiones geopolíticas que inquietaron al mercado a principios de año generan ahora menos preocupación.
Desde la perspectiva de los activos, el panorama también parece favorable: los mercados alcistas rara vez se convierten en bajistas sin mediar una recesión. Se espera que las acciones estadounidenses, impulsadas por la inversión continua en IA y sólidos resultados, sigan siendo un motor clave, por lo que la exposición a la IA podría considerarse en el futuro. No obstante, dada la elevada valoración y el potencial de rotación sectorial, la diversificación es esencial. Vemos oportunidades atractivas en Europa, Japón y Asia, donde las reformas estructurales y la fuerte demanda en sectores como los semiconductores aportan apoyo adicional. Es probable que los mercados de renta fija se beneficien del alto carry y de políticas estables, mientras que el oro sigue siendo un posible refugio frente a los déficits fiscales y la desglobalización. En este contexto, la selección y la diversificación regional son factores clave.
2.1 Renta fija
Los bancos centrales siguen siendo la fuerza dominante en los mercados de renta fija. La Reserva Federal ha concluido el endurecimiento cuantitativo y se espera que mantenga una postura acomodaticia, con tres recortes de tipos anticipados a lo largo de 2026. Esto probablemente reducirá los rendimientos en el extremo corto de la curva estadounidense, mientras que el extremo largo se prevé relativamente estable, lo que apoyaría la estabilidad del mercado de bonos del Tesoro. En Europa, el BCE ha pausado por ahora nuevos recortes de tipos, y se estima que los rendimientos de los Bunds permanezcan bien anclados, especialmente en el tramo corto.
En general, los diferenciales de crédito globales se sitúan cerca de mínimos de varios años, dejando poco margen de error. Esperamos una ampliación moderada si el apoyo técnico (principalmente la demanda que supera la oferta) disminuye, aunque es probable que los fundamentos sigan siendo resilientes.
Bonos del Gobierno
Anticipamos que los bonos del Tesoro estadounidense se negocien en un rango de 3,75–4,25%, con nuestro pronóstico estratégico a 12 meses para el rendimiento a 10 años en 4,15% hasta diciembre de 2026. Es probable que la curva se aplane antes de empinarse más adelante en 2026, apoyada por una oferta neta reducida y una Fed acomodaticia, lo que debería contribuir a estabilizar el mercado. En Europa, se espera que los rendimientos de los Bunds se mantengan equilibrados, con nuestro pronóstico estratégico para el Bund a 10 años en 2,70%. Los Gilts del Reino Unido podrían experimentar un empinamiento de la curva, ya que una política monetaria más flexible podría compensar el débil crecimiento. Los riesgos clave incluyen una inflación inesperada y la incertidumbre política.
Gráfico 1. Rendimientos de los bonos gubernamentales: el movimiento lateral sigue siendo la norma, salvo en Japón

Bonos corporativos
Los diferenciales de grado de inversión se han mantenido cerca de los mínimos de la última década, respaldados por fundamentos sólidos, aunque los factores técnicos se han debilitado, especialmente en el segmento estadounidense. Prevemos una ampliación moderada hasta un diferencial objetivo de 85 pbs para el grado de inversión EUR/EE. UU. en diciembre de 2026, lo que podría generar oportunidades selectivas. Nuestras perspectivas para el alto rendimiento siguen siendo constructivas, pero la dispersión ha aumentado significativamente, particularmente en Europa. La elevada emisión y la dinámica de fin de ciclo exigen una selección disciplinada de crédito para mitigar riesgos idiosincráticos.
Gráfico 2.
El grado de inversión sigue cotizando cerca de diferenciales mínimos históricos, mientras que el alto rendimiento muestra cierta ampliación.

Mercados Emergentes
La deuda de mercados emergentes se beneficia de sólidos fundamentos macroeconómicos y de la posible flexibilización de la Fed. Aunque los diferenciales se mantienen estrechos, es probable un ensanchamiento marginal a medida que las valoraciones se normalicen. Asia y América Latina ofrecen valor relativo, si bien persisten riesgos como la inflación y la desaceleración del crecimiento global. La liquidez y la estabilidad cambiaria serán factores clave para el rendimiento.
Divisas
Se espera que el dólar estadounidense se estabilice, dado que han disminuido los temores relacionados con la economía de EE. UU. Prevemos que el dólar se mantenga prácticamente estable frente al euro en un horizonte de 12 meses. El yen japonés podría apreciarse gradualmente conforme la economía se recupere, con una previsión de 145 frente al USD en el próximo año. La libra esterlina probablemente enfrente presiones debido a la incertidumbre fiscal y el riesgo político. El renminbi chino debería mantenerse estable con una ligera tendencia al fortalecimiento, respaldada por políticas que favorecen una moneda más fuerte. Dado que el crecimiento global sigue siendo moderado, parece improbable una apreciación generalizada de las divisas emergentes, aunque normalmente se benefician durante un ciclo de reducción de tipos por parte de la Reserva Federal.
2.2 Renta Variable
Los mercados de acciones globales parecen estar posicionados para beneficiarse de un conjunto diverso de motores de crecimiento regional. En EE. UU., la perspectiva está marcada por la inversión dinámica en tecnología e inteligencia artificial, que impulsa un sólido crecimiento de beneficios y respalda valoraciones elevadas, aunque probablemente no para todas las empresas y sectores relacionados con la IA. La diferenciación, ya visible en 2025, podría intensificarse a medida que los ganadores y perdedores se definan con mayor claridad. Se espera que Europa registre un crecimiento de beneficios estable, aunque más moderado, apoyado por estímulos fiscales y valoraciones atractivas, incluso cuando el ritmo de transformación digital se mantiene por detrás del de EE. UU. Se prevé que el mercado alemán, núcleo industrial europeo, se beneficie de la recuperación de la demanda global y de medidas fiscales específicas, con oportunidades destacadas en sectores industriales y orientados a la exportación.
Se espera que los mercados emergentes lideren el crecimiento de beneficios a nivel mundial, respaldados por una sólida demanda interna, la adopción digital y una demografía favorable, especialmente en Asia. Aunque el crecimiento de China se modera, sigue siendo un pilar clave para la región. Japón, por su parte, se beneficia de reformas corporativas y estructurales en curso, un entorno cambiario favorable y una mejora en la remuneración al accionista, lo que refuerza unas perspectivas constructivas para su mercado bursátil.
En general, aunque las fuentes de crecimiento y el soporte de las valoraciones difieren según la región, las perspectivas para la renta variable global son sólidas, con cada mercado ofreciendo oportunidades específicas basadas en fundamentos locales, reformas estructurales y fortalezas sectoriales.
EE.UU.
El mercado de acciones estadounidense está impulsado por una inversión sustancial en infraestructura de IA y sólidos beneficios corporativos, contribuyendo así al crecimiento económico global. Se prevé que las empresas del S&P 500 registren una tasa de crecimiento del BPA cercana al 10% hasta 2030, con el sector tecnológico liderando la tendencia. Se estima que el gasto de capital en centros de datos de IA alcance los 350.000 millones de dólares en 2025 y 450.000 millones en 2026, lo que respalda valoraciones elevadas. Se espera que el S&P 500 llegue a los 7.500 puntos a finales de 2026, apoyado por una demanda de consumo resiliente, márgenes sólidos y un entorno monetario favorable, con la Fed reduciendo los tipos al rango del 3,0%-3,25%. Entre los riesgos destacan la sostenibilidad del gasto de capital vinculado a la IA, la continuidad de las mejoras de productividad y la posible presión sobre márgenes por el aumento de costes de chips.
Europa
Se espera que las acciones europeas mantengan un crecimiento estable de beneficios, con un objetivo para el EuroStoxx 50 de 5.950 puntos en diciembre de 2026 y un crecimiento proyectado del BPA del 7%. La región se beneficia de la mejora macroeconómica, el estímulo fiscal y la normalización gradual de la política monetaria. Aunque Europa carece del impulso tecnológico que aporta la IA en EE. UU., ofrece valoraciones más atractivas y una mayor diversificación sectorial. Se prevé que el Stoxx 600 avance de forma moderada, alrededor de un 3,8% desde los niveles actuales, hasta 600 puntos en diciembre de 2026. Las pequeñas y medianas empresas europeas podrían recuperarse si disminuyen las incertidumbres arancelarias y gracias a la actual ola de estímulo fiscal, aunque un riesgo clave es la posible lentitud en la implementación de los planes de gasto. Las perspectivas siguen siendo constructivas siempre que las reformas estructurales y las iniciativas de digitalización ganen tracción.
Alemania
La mayor economía europea está posicionada para un crecimiento moderado, respaldado por estímulos fiscales y un repunte en la actividad industrial. Se prevé que el DAX alcance los 26.100 puntos en diciembre de 2026, un incremento superior al 9% respecto a su nivel actual. Aunque el mercado alemán se beneficia menos de la IA que EE. UU., puede aprovechar la normalización de las cadenas de suministro globales y el aumento de la inversión en automatización y tecnologías verdes. Se espera un crecimiento sólido de beneficios, aunque algo rezagado frente a EE. UU. y el resto de Europa por su sensibilidad cíclica y dependencia de las exportaciones. No obstante, las acciones alemanas ofrecen oportunidades de valor, especialmente en sectores industriales y exportadores, a medida que la demanda global se estabiliza.
Mercados Emergentes
Se proyecta que los mercados emergentes lideren el crecimiento del BPA entre las principales regiones, con el índice MSCI EM alcanzando un crecimiento del 13% y situándose en 1.480 puntos en diciembre de 2026. Asia (excluyendo Japón) podría registrar un crecimiento similar del 13%, impulsado por la fuerte demanda interna, la adopción digital y una demografía favorable. Se espera que el PIB de China se modere, pero se mantenga sólido en torno al 4,5% en 2026, apoyando el rendimiento de las acciones en toda la región. En Japón, se prevé un crecimiento del BPA del 7%, con el índice MSCI Japan en 2.200 puntos. Las acciones japonesas se benefician de reformas de gobernanza corporativa, un yen más débil y una mejora en la remuneración al accionista, lo que posiciona al mercado para un desempeño sólido frente a su tendencia histórica.
Gráfico 3. Otro año sólido para los mercados bursátiles, con EE. UU. alcanzando a Europa a lo largo del ejercicio.

2.3 Alternativos
Bienes inmobiliarios
Mantenemos una visión positiva sobre el sector inmobiliario, dado que se espera un entorno de tipos más favorable. Los bienes raíces cotizados podrían beneficiarse del retraso en la nueva oferta y de la mejora de los fundamentos. Asia y Europa destacan por sus valoraciones atractivas frente a los mercados privados, ofreciendo puntos de entrada potencialmente interesantes. El segmento no cotizado también podría ganar impulso, respaldado por una sólida demanda de ocupación y fundamentos resilientes. Los sectores residencial e industrial parecen bien posicionados para un crecimiento robusto hasta 2026, especialmente en Europa y EE. UU. No obstante, riesgos como tipos más altos de lo previsto, presiones sobre las valoraciones o un aumento repentino de la oferta requieren un seguimiento cercano.
Infraestructura
La infraestructura sigue siendo un pilar clave en nuestra asignación de activos alternativos, gracias a su capacidad para trasladar la inflación y a su papel esencial en el funcionamiento de la sociedad. La caída de los rendimientos está reduciendo el coste del capital, mientras que el estímulo fiscal en Europa y la creciente demanda global podrían seguir impulsando la actividad transaccional. La infraestructura no cotizada ofrece oportunidades especialmente atractivas en el segmento de mediana capitalización, donde los problemas de liquidez de los grandes fondos generan ventajas en precios. Prevemos potenciales retornos de dos dígitos hasta 2026, aunque el deterioro de los balances corporativos y los riesgos de refinanciación podrían suponer obstáculos.
Oro
El oro mantiene su atractivo como alternativa en un contexto de crecientes déficits fiscales y mayores inquietudes sobre las monedas fiduciarias. La estrategia de depreciación sigue vigente y se refuerza con las compras de bancos centrales y la fuerte demanda de inversores asiáticos. Hemos elevado nuestro objetivo de precio a largo plazo, estimando que el oro alcanzará los 4.500 USD por onza en diciembre de 2026, lo que supone un incremento cercano al 6 % respecto a su nivel actual. Las tendencias de desglobalización y desdolarización refuerzan el atractivo de los activos fuera de EE. UU., mientras que unos tipos más bajos deberían mejorar el interés por los activos reales en general. Los principales riesgos incluyen cambios en políticas y volatilidad en la liquidez global, aunque los argumentos estructurales a favor del oro siguen siendo sólidos.
Petróleo
Nuestra previsión para el precio del petróleo se ha moderado de forma significativa. Con el retorno de la oferta de la OPEP+ y la pausa de China en sus compras estratégicas, esperamos que los precios se estabilicen antes de que la demanda retome su crecimiento en la primera mitad de 2026. Estimamos que el crudo Brent se situará en torno a los 60 USD por barril a finales de 2026, ligeramente por debajo del nivel actual. Persisten riesgos a la baja por un crecimiento global más débil, aunque también existe potencial alcista si los compradores estructurales refuerzan sus posiciones o las tensiones geopolíticas interrumpen las cadenas de suministro.
Gráfico 4. El oro tan imparable al alza como el petróleo a la baja, sin importar qué… así pareció en 2025.

3. Rendimiento pasado de los principales activos financieros
Rendimiento total de los principales activos financieros desde principios de año y del mes pasado
Tarifas

Rendimientos pasados no son un indicativo de rendimientos futuros. Fuentes: Bloomberg Finance L.P., DWS Investment GmbH; datos a 30/09/2025
Spreads
Rendimientos pasados no son un indicativo de rendimientos futuros. Fuentes: Bloomberg Finance L.P., DWS Investment GmbH; datos a 30/09/2025
Divisas

Rendimientos pasados no son un indicativo de rendimientos futuros. Fuentes: Bloomberg Finance L.P., DWS Investment GmbH; datos a 31/07/2025
Acciones

Rendimientos pasados no son un indicativo de rendimientos futuros. Fuentes: Bloomberg Finance L.P., DWS Investment GmbH; datos a 30/09/2025
Commodities

Rendimientos pasados no son un indicativo de rendimientos futuros. Fuentes: Bloomberg Finance L.P., DWS Investment GmbH; datos a 30/11/2025
