- Inicio »
- Mercados y Estrategias »
- Mercados »
- Perspectivas de mercado »
- Update »
- Las tecnologías críticas ofrecen oportunidades en pleno retroceso de la desglobalización
- La tendencia hacia una creciente desglobalización ha cobrado impulso en los últimos años, con el principal ejemplo de la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
- También es probable que persistan las tendencias proteccionistas tras las elecciones estadounidenses, independientemente del resultado.
- Las tecnologías consideradas críticas están siendo objeto de una promoción específica, sobre todo en EE.UU., lo que ofrece oportunidades a los inversores.
10 minutos para leer
Ya no parece que Estados Unidos, China o incluso la Eurozona aspiren a un mundo globalizado. De hecho, la tendencia contraria se ha hecho cada vez más evidente en los últimos años. La desglobalización se está produciendo a través de guerras comerciales y esfuerzos conscientes por reducir las dependencias mutuas. Las medidas proteccionistas de los países se están centrando en promover sus propias fortalezas. Bajo la etiqueta de la seguridad nacional, Estados Unidos ha identificado 14 (véase el cuadro de la página 5) que considera especialmente dignas de apoyo. Esto ofrece algunas perspectivas interesantes para los inversores.
1 / ¿Desglobalización o mero des-riesgo?
¿Es el comercio mundial parte de la solución o parte del problema? Ralph Ossa, Economista Jefe de la Organización Mundial del Comercio (OMC), planteó esta pregunta a principios de año[1]. ¿Hemos superado el punto álgido de la globalización? ¿Estamos de hecho desmantelando la globalización? Ossa ve el peligro de que "el aplanamiento de la globalización se esté convirtiendo en desglobalización". Otros observadores también ven preocupantes tendencias proteccionistas.
Esperamos que los planteamientos sobre el comercio, la seguridad nacional y el fomento de las economías nacionales desempeñen un papel importante en las próximas elecciones de este año en todo el mundo. En Estados Unidos, la cuestión de la actitud hacia importantes socios comerciales ya es objeto de mucho debate en vísperas de las elecciones presidenciales. Donald Trump ya se ha posicionado muy claramente, sobre todo en relación con China, con amenazas de aranceles más elevados[2]. Durante su mandato, Joe Biden también ha tomado ya medidas para debilitar la posición de China en relación con EE.UU.[3]. Ambos políticos se centran en reforzar las industrias nacionales y salvaguardar los intereses nacionales. Sin embargo, parece que están dispuestos a aceptar que se perjudiquen los puntos fuertes de China.
También en Europa ya hay marcadas tendencias para ser más independientes en ámbitos importantes. Un proyecto promovido por la Comisión Europea es la Plataforma de Tecnologías Estratégicas para Europa (STEP). STEP pretende apoyar la inversión en tecnologías críticas en los ámbitos de la tecnología digital y la tecnología profunda, cuyo objetivo es encontrar formas innovadoras de resolver problemas fundamentales. STEP también se centra en las tecnologías que son respetuosas con el medio ambiente y la biotecnología. Según la Comisión, el objetivo es reducir las dependencias estratégicas de la Unión Europea (UE) y reforzar su competitividad a largo plazo. STEP moviliza recursos financieros de diversos programas de la UE y los dirige principalmente a las tecnologías digitales y ecológicas. Para aumentar esta capacidad de inversión, está previsto un presupuesto independiente de 10.000 millones de euros para STEP[4].
A pesar de centrarse en la construcción de sus propias fortalezas, la UE se esfuerza por emplear un tono moderado, en particular hacia China. "Nuestra estrategia frente a China en este contexto no es una estrategia de desacoplamiento, sino una estrategia de des-riesgo", dijo el presidente francés Emmanuel Macron, por ejemplo, refiriéndose a las medidas para reestructurar las cadenas de suministro globales, que a menudo se centran en China[5]. Macron continuó diciendo que la estrategia de des-riesgo era "totalmente aceptada por China" y era una forma "justa" de trabajar juntos que evitaría que la UE fuera "demasiado dependiente de alguna parte crítica de nuestra cadena de valor."
Los flujos comerciales mundiales disminuyen notablemente
Fuentes: CPB Netherlands Bureau for Economic Policy Analysis, DWS Investment GmbH a 1/11/23
1.1 Las empresas globales, bajo presión para adaptarse
La tendencia a la desglobalización plantea a las empresas una amplia gama de retos y oportunidades. El impacto sobre ellas varía enormemente en función de su nivel de exposición internacional y de su presencia geográfica en general. Sin embargo, en el entorno actual, parece esencial que la mayoría de las empresas tomen al menos algunas medidas para estar estratégicamente preparadas para los cambios geopolíticos que se han producido o que se avecinan. Las decisiones estratégicas necesarias deben integrarse profundamente en los modelos y estrategias de negocio de las empresas, ya que es probable que sean críticas durante algún tiempo. Las empresas que se posicionen con antelación podrían obtener ventaja.
Las cuestiones clave son aumentar la resistencia de las cadenas de suministro mundiales y adaptar los criterios de sostenibilidad a las nuevas realidades geopolíticas, como destacó Ernst & Young (EY) en sus perspectivas geoestratégicas para 2024[6].
Las empresas deben, por ejemplo, reajustar su presencia global y su estrategia corporativa a un panorama geopolítico más complejo y multipolar, replanteándose las estrategias de la cadena de suministro y ampliando potencialmente las capacidades de producción y las relaciones con los proveedores en nuevos mercados y en la competencia por las materias primas. Los riesgos que plantean los actuales cambios geopolíticos son muchos y variados.
2 / Tensa relación entre Estados Unidos y China
Los juegos de poder que están teniendo lugar entre Estados Unidos y China muestran cómo está evolucionando la lucha mundial por la influencia y la supremacía. Ninguna de las partes da un paso atrás; se intenta ganar ventaja en todos los ámbitos.
La carrera proteccionista entre Estados Unidos y China es más intensa en tecnología. En los últimos años, bajo la presidencia de Joe Biden, se ha pasado de la guerra comercial iniciada por Donald Trump a una tendencia a la demarcación, sobre todo en lo que respecta a los avances tecnológicos y las inversiones. Por parte estadounidense, es comprensible que preocupe que Estados Unidos ya no disfrute de un papel pionero en el sector tecnológico. Según un estudio del think tank australiano ASPI, China sería líder en 37 de las 44 tecnologías críticas en 2023 (véase la tabla 4) [7]. ASPI ve a China en cabeza sobre todo en las áreas de materiales de alta tecnología y producción industrial, energía, medio ambiente e inteligencia artificial. Estados Unidos, por su parte, va por delante en los campos de la computación de alto rendimiento y la computación cuántica, en opinión de ASPI.
Estados Unidos es consciente desde hace tiempo de que está perdiendo terreno y la administración Biden ya ha reaccionado con varios cientos de miles de millones de dólares en subvenciones y paquetes de incentivos para las empresas y la ciencia. Un ejemplo es la Ley CHIPS y de Ciencia, en virtud de la cual se invertirán más de 200.000 millones de dólares para reforzar la industria de semiconductores y fomentar la investigación. La Ley de Reducción de la Inflación también ofrece subvenciones multimillonarias, en este caso para apoyar las energías limpias. El objetivo es, mediante ayudas específicas, devolver a los sectores nacionales a una posición que les permita recuperar el liderazgo internacional.
En nuestra opinión, no es probable que se produzcan cambios notables en la política comercial estadounidense tras las elecciones de noviembre. Joe Biden y Donald Trump no difieren mucho en su orientación internacional, como han demostrado los últimos ocho años bajo dos administraciones diferentes. Por tanto, es probable que su comportamiento hacia China siga siendo de confrontación más allá de noviembre, aunque pueden ser especialmente duros en el periodo previo a las elecciones. Después, su posición será probablemente más matizada. Esperamos que estén dispuestos a hablar con los dirigentes chinos y que eviten cerrar todas las puertas a la cooperación. Sin embargo, es probable que siga predominando una postura proteccionista.
Dado que este año se celebran importantes elecciones en muchos países, la tendencia proteccionista corre el riesgo de reforzarse a escala mundial. La proliferación de líneas de demarcación económica ha supuesto un importante revés para la globalización y el libre mercado. El argumento de la seguridad, citado con frecuencia, está socavando el sistema comercial multilateral y los principios del comercio justo y perjudicando las transacciones transfronterizas. Porque de eso se trata: de seguridad. El Departamento de Defensa de Estados Unidos (DoD) desempeña un papel importante a la hora de determinar qué áreas requieren una atención particular y qué temas necesitan un apoyo especial. El Departamento, en la figura del Subsecretario de Defensa para Investigación e Ingeniería (OUSD(R&E)), afirma que trabaja "en estrecha colaboración con los Servicios Militares, los Mandos Combatientes, la industria, el mundo académico y otras partes interesadas para garantizar que la estrategia científica y tecnológica del Departamento aborde los principales retos de seguridad nacional -desde la subida de los mares hasta una China en ascenso- a los que Estados Unidos se enfrenta hoy y se enfrentará en el futuro"[8].
3 / Apoyo especial a la tecnología crítica en EE.UU.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos (DoD) divide las áreas tecnológicas que considera críticas en tres categorías: Oportunidades Emergentes, Adaptación Eficaz y Específica de Defensa. Dentro de estos segmentos, identifica 14 áreas tecnológicas que considera vitales para mantener la seguridad nacional de EE.UU.[9]. Centrando los esfuerzos y las inversiones en estas 14 áreas tecnológicas críticas, el Departamento cree que se puede acelerar "la transición de las capacidades clave a los Servicios Militares y Mandos Combatientes". La categorización no es en absoluto inamovible; el DoD se reserva el derecho de actualizar la lista de prioridades según sea necesario. Un puñado de estas áreas tecnológicas críticas, como los sistemas hipersónicos y las llamadas armas de energía dirigida -que incluyen láseres de alta energía y microondas- son casi exclusivamente relevantes para el ejército. La mayoría, sin embargo, están siendo desarrolladas por el sector privado para un mercado más amplio.
Naturalmente, la financiación de la investigación y la innovación son importantes en este contexto. El capital del sector privado es la fuente dominante de financiación para el desarrollo tecnológico y el Ministerio de Defensa ha creado su propio brazo inversor para prestar asistencia[10]. Según el Ministerio, esto le permitirá "construir ventajas duraderas mediante el compromiso con el capital privado de confianza que se centra en áreas tecnológicas críticas para el Departamento de Defensa".
Es probable que el apoyo explícito a las tecnologías críticas sea de gran interés para los inversores. Sobre todo si se parte de la base de que un apoyo específico puede estimular la innovación y, por tanto, también el crecimiento.
Las 14 tecnologías críticas identificadas por el Departamento de Defensa de Estados Unidos
Fuente: Departamento de Defensa de EE.UU., DWS Investment GmbH a 14/2/24
4 / Resumen y perspectivas
La inversión (o al menos parcial) de los esfuerzos de globalización es una tendencia que probablemente continuará en un futuro previsible. Los últimos años nos han enseñado que, aunque la estrecha integración internacional aporta ventajas, también puede repercutir negativamente en la propia capacidad de actuación de un país, sobre todo en tiempos de crisis. Es comprensible que los países quieran protegerse contra ello, aunque algunas medidas proteccionistas parezcan extralimitarse. No obstante, la cooperación internacional en una amplia gama de ámbitos seguirá siendo una necesidad. Las tendencias "lobo solitario" podrían hacer retroceder años al mundo, incluso en materia de seguridad nacional.
Sin embargo, la actual tendencia a la desglobalización ofrece oportunidades de inversión. Es probable que las empresas de los sectores tecnológicos críticos tengan buenas perspectivas de financiación especial, sobre todo en Estados Unidos. Independientemente del candidato presidencial que se imponga en noviembre, es probable que Estados Unidos siga aplicando una estrategia para volver a ser más independiente en el sector tecnológico y, sobre todo, recuperar la supremacía que ha perdido frente a China. Se espera que las 14 categorías tecnológicas identificadas por el DoD reciban grandes inversiones. Y es probable que el sector tecnológico en general siga siendo el foco central de los mercados a medida que avancen la innovación y el impulso del cambio disruptivo a través de una creciente digitalización. Las empresas que pueden esperar un apoyo especial por pertenecer a una de las 14 áreas tecnológicas críticas podrían incluso beneficiarse más.