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- Invertir en la era de la Inteligencia Artificial
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"Preguntar" se está convirtiendo rápidamente en una habilidad clave. Dentro de muy poco, saber interactuar con la inteligencia artificial (IA) y dotarla de contexto y matices será esencial para cualquier estudiante o trabajador de "cuello blanco". La IA generativa promete grandes aumentos de productividad. Sus variados usos ya están quedando claros en ámbitos como la programación o el resumen de los conocimientos humanos existentes de posible relevancia para una pregunta concreta de un cliente en, por ejemplo, la consultoría empresarial[1]. Los grandes modelos lingüísticos (LLM) también pueden ofrecer una interfaz de usuario mucho más natural con aplicaciones especializadas adecuadas a la tarea en cuestión. El truco está en evaluar sus respuestas teniendo en cuenta objetivos concretos.
Tomemos la pregunta de cómo (no) identificar a los beneficiarios a largo plazo de la IA en el mercado de valores. Este es un buen ejemplo de lo que la IA puede hacer, pero también de dónde es probable que haya limitaciones, al menos en un futuro previsible. "Sólo sabe lo que ha visto y lo que ha visto suficientes veces como para que tenga sentido", como dice un excelente manual para los recién llegados al tema[2]. Como ya hemos descrito, los recientes avances de la IA pueden ser extremadamente útiles -si se utilizan correctamente- para aumentar la experiencia humana, en lugar de sustituirla. El reconocimiento de patrones tiende a ser de utilidad limitada, si nos encontramos con problemas poco frecuentes o inusuales[3]. Quizá lo más importante sea que los usuarios de la IA, tanto particulares como empresas, tardarán tiempo en reorganizar su forma de trabajar en torno a las nuevas posibilidades que está abriendo la IA[4]. Por ejemplo, una buena pregunta sobre los beneficiarios del mercado bursátil podría incluir una referencia al pensamiento de Clayton Christensen sobre los distintos tipos de innovación[5]. Pero no espere que "entienda" automáticamente el contexto pertinente.
Más protagonismo de la industria que el mundo académico
Fuente: "The AI Index 2023 Annual Report", AI Index Steering Committee, Institute for Human-Centered AI, Stanford University, Stanford, CA, abril de 2023.
Por lo que respecta a la identificación de los beneficiarios a largo plazo de la IA, cualquier inversor humano con experiencia sabe que (a) las previsiones son extremadamente complicadas en el caso de las tecnologías disruptivas[6] y (b) la IA ha sido un tema candente en los últimos meses, lo que ha provocado un aumento de las valoraciones relativas. Los mercados se adaptan. Las empresas tienen incentivos para decir a sus inversores lo que quieren oír. Sabiendo esto, uno podría, por ejemplo, utilizar la IA para buscar empresas que lleven años investigando -y presumiendo- sobre su potencial transformador de la IA, en lugar de centrarse en las conversiones recientes o en los comentarios durante las últimas convocatorias de beneficios. También ayuda estar atentos a los avances fuera de EE.UU., especialmente en Asia.
Los últimos avances llevan años gestándose. Consideremos lo lejos que ha llegado la IA, por ejemplo, en el juego del ajedrez. En 2017, se anunció que AlphaZero, de Deep Mind, podía derrotar al "motor de ajedrez sobrehumano más fuerte", completamente enseñándose a sí mismo, "sin aprender la sabiduría humana establecida sobre la estrategia del ajedrez"[7]. Por supuesto, los programas de IA autodidactas no funcionarían ni de lejos tan bien si las reglas siguieran cambiando. Sin embargo, en muchos ámbitos, la IA ya está acelerando los descubrimientos científicos y la innovación. Esto incluye una proporción cada vez mayor de investigación aplicada por parte de la industria, más que del mundo académico (véase el gráfico), lo que promete avances fácilmente aplicables. "Creemos que los beneficiarios de la IA disponen de potentes palancas para impulsar el crecimiento futuro de los ingresos y los beneficios. En nuestro análisis hacemos especial hincapié en el "moat" -es decir, la ventaja competitiva duradera- en torno al producto de IA de una empresa, así como en su potencial de crecimiento relacionado", explica Tobias Rommel, gestor de cartera sénior de DWS.