Hace décadas que el mercado bursátil indio dejó de ser una perla oculta. Se ha comportado tres veces mejor que la región Asia-Pacífico[1] desde 2003 e incluso ha superado al todopoderoso S&P 500 en un 20% desde mayo de 2020. ¿Puede seguir así? Los puntos fuertes estructurales de la democracia más poblada del mundo son bien conocidos: por ejemplo, su población joven y el hecho de que el inglés esté muy extendido. Desde la década de 1990 también se ha convertido en una economía de mercado cada vez más integrada y liberal, y ha crecido a un ritmo constante del 6-7% en los últimos 20 años[2] Esperamos tasas de crecimiento similares en 2024, impulsadas por un sector manufacturero competitivo y su creciente sector servicios. Las exportaciones de servicios relacionados con la tecnología aumentaron en 60.000 millones de dólares hasta alcanzar los 300.000 millones en 2022. Se espera que su mano de obra en servicios de TI se duplique hasta alcanzar los 11 millones en 2031[3]. También está impulsando su transición ecológica, estimulando la inversión en nuevos sectores como el hidrógeno ecológico, los vehículos eléctricos y los paneles solares.
India: potencial de convergencia de rentas y crecimiento demográfico
Fuentes: Bloomberg Finance L.P., DWS Investment GmbH a 17/11/23, las cifras de 2023 a 2025 se basan en estimaciones del FMI.
La India se compara favorablemente con China
Las ventajas fundamentales de la India se muestran mejor en contraste con China: 1) Se espera que su población activa siga creciendo y alcance su máximo en 2040, mientras que la de China ya alcanzó su máximo en 2015. 2) Sus grandes empresas han recibido mucho menos apoyo público y han estado expuestas a más competencia[4], lo que sugiere que se han vuelto más aptas. 3) El potencial de recuperación del país es considerable: La renta per cápita de India es de 2,5k USD frente a los 12,7k USD de China. 4) Geopolítica: India se está beneficiando de la creciente disputa entre China y Occidente[5]. Por otro lado, China lidera claramente cuando se trata de la velocidad de la toma de decisiones y la implementación económica y empresarial. Sus infraestructuras son más avanzadas y goza de dominio en determinados sectores. Sin embargo, las empresas indias que cotizan en bolsa han superado claramente a sus homólogas chinas en el pasado[6].
Las elecciones nacionales de 2024 podrían ser un acontecimiento crítico
Un importante catalizador del reciente éxito de la India ha sido Narendra Modi, Primer Ministro desde 2014. Ha acelerado la abolición de muchas barreras formales e informales al comercio interior, por ejemplo introduciendo el impuesto nacional sobre bienes y servicios[7] Su política de equilibrar las reformas económicas con diversos planes de bienestar social también se considera un éxito. Las próximas elecciones de la primavera de 2024 son, por tanto, importantes para los inversores. Es probable que prefieran que Modi, que actualmente goza de popularidad en el país, siga en el poder. Eso debería aumentar las posibilidades de que continúe el impulso de la digitalización, que promete un crecimiento más rápido y mayor de la productividad en varios sectores. Pero también existe el riesgo a medio plazo de que los controles y equilibrios políticos se debiliten si un partido y un líder permanecen en el poder durante más de una década.
No es barato, pero tiene valor a largo plazo
El atractivo de la India tiene un precio. El índice MSCI India ha ganado aproximadamente un 8% este año, superando a Pan-Asia, frente a la que ahora cotiza con una prima de valoración del 50%[8], frente a una media del 40% en los últimos diez años[2]. No obstante, en nuestra opinión, sigue mereciendo la pena tener en cuenta a la India. Como hemos señalado, tiene algunos puntos fuertes fundamentales, y también creemos que el interés internacional -y los flujos- hacia la India aumentarán. El mercado de bonos se está abriendo más y la India busca más inversión extranjera directa. La historia de la "próxima gran cosa" de la India no parece una moda pasajera.