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- Economía circular: El encuadre del círculo
4 minutos de lectura
La extracción lineal de recursos es un fenómeno bastante nuevo
Según los paleoantropólogos, los procesos de producción circular han estado con nosotros desde los albores de los tiempos[1]. Reducir los residuos y diseñar bienes y servicios asequibles y construidos para durar es natural, pero también puede ser rentable. De hecho, lo inusual en la historia de la humanidad ha sido la extracción lineal de recursos orientada a producir, consumir y desechar bienes en el siglo XX, en parte porque los mecanismos de precios no lograron incorporar plenamente los costes sociales y medioambientales. Una vez que algo se vuelve escaso, su precio sube, lo que fomenta la innovación[2]. Las emisiones de carbono y el cambio climático son ejemplos de ello. Por el momento, la circularidad mundial es desalentadora: en 2023, sólo el 7% de todos los insumos materiales de la economía mundial consistirán en materiales secundarios que se reutilizarán una vez concluida su vida útil[3].
Préstamos del BEI para la economía circular por sectores (2018-2022)
Fuente: Banco Europeo de Inversiones a 05/2023
Los incentivos están cambiando
La buena noticia, especialmente en Europa, es que los responsables políticos reconocen cada vez más la conveniencia de utilizar mecanismos de mercado para desvincular el crecimiento económico del consumo de recursos[4]. El Banco Europeo de Inversiones (BEI), por ejemplo, ha prestado 3.400 millones de euros para apoyar proyectos de economía circular en los últimos cinco años (véase el gráfico). Si se utiliza con inteligencia, la economía circular puede ser una forma inteligente de reducir costes y hacer frente a toda una serie de otros retos perturbadores, como los cambios demográficos[5]. Por ejemplo, las cadenas de suministro circulares pueden introducir materiales totalmente renovables, reciclables o biodegradables que pueden utilizarse en ciclos de vida consecutivos, lo que aumenta la seguridad frente a las perturbaciones de la cadena de suministro. Las nuevas formas de tecnología digital ofrecen oportunidades para alquilar, compartir, intercambiar o prestar bienes ociosos. Esto cambia los incentivos de los productores, al poner en primer plano la durabilidad y el rendimiento, en lugar del volumen[6].
La regulación fomenta productos más duraderos
El auge de la regulación de la biodiversidad también ayuda a eliminar prácticas nocivas, fomenta actividades más sostenibles y promueve políticas positivas para la naturaleza. El Nuevo Pacto Verde Europeo[7] ha abierto oportunidades prometedoras en sectores como la moda rápida, la movilidad y la construcción. Las normativas circulares están obligando a las empresas a diseñar productos más duraderos, fácilmente reparables y de mayor duración. A veces, por ejemplo, las empresas intentan reducir la vida útil de sus productos, como hicieron de forma infame los fabricantes de bombillas desde los años 20.[8]O tomemos como ejemplo las empresas de confección, que históricamente han tendido a utilizar tejidos mixtos, difíciles de reciclar. Para llegar a ser circular, la fabricación textil necesita rediseñar los procesos de producción para emplear fibras que sean más fáciles de reutilizar[9].
Una cadena de suministro sostenible puede contribuir a los beneficios
"Las empresas que adoptan la sostenibilidad en sus cadenas de suministro también podrían atraer a consumidores con conciencia ecológica, lo que se traduciría en un aumento de la fidelidad a la marca y de la cuota de mercado. Esto no sólo puede mejorar la sostenibilidad de las empresas, sino que también puede contribuir a su cuenta de resultados", argumenta Paul Buchwitz, responsable de renta variable temática ESG de DWS. Hasta no hace mucho, uno de los problemas era que las normativas diferían de un país a otro y de un bloque comercial a otro. Las economías circulares rara vez cruzaban fronteras. Pero a medida que aumenta la preocupación por el medio ambiente a escala mundial, cabe esperar que las normas nacionales o regionales converjan, a menudo, presumiblemente, en consonancia con las plantillas reguladoras europeas[10].