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- Europa ha superado su crisis energética
3 minutos de lectura
Los temores eran grandes, pero Europa ha dominado su crisis energética de forma impresionante. Los precios del gas han vuelto en gran medida a la normalidad tras la espectacular subida que siguió a la invasión rusa de Ucrania[1], y el actual nivel de almacenamiento de gas, ligeramente superior al 70%[2], indica que probablemente no habrá cuellos de botella en el suministro el próximo invierno.
La conservación de la energía ha sido la clave de este éxito. La industria europea ha sido capaz de consumir más de un 20% menos de gas en 2023 que en el periodo 2019-21.[3]. Los hogares han reducido su consumo de gas en la misma cantidad. Mientras tanto, la producción industrial apenas se ha resentido. En la Eurozona, de hecho, ha aumentado algo menos del 3%[4].
Recuperación sostenible del precio del gas en Europa
Fuentes: Haver Analytics, DWS Investment GmbH a 2/27/24
Los inventarios comparativamente altos no son la única razón por la que confiamos en el futuro. Europa ha creado enormes capacidades para volver a convertir el gas natural licuado en gas. Se están construyendo terminales de gas natural licuado a gran escala en todo el mundo, especialmente en EE.UU., por lo que Europa debería poder abastecerse de países "amigos" en el futuro. Por tanto, en los próximos años debería ser posible una desvinculación casi total de Rusia.
En cuanto a los precios, si se observa el precio del gas holandés en relación con su homólogo estadounidense, se observa que la puntuación estadística Z[5] -en términos sencillos, la desviación de la media- ha vuelto a situarse por debajo de cero. Esto significa que el gas europeo no sólo se ha recuperado en gran medida de las distorsiones causadas por la guerra de Ucrania, sino que también se ha acercado al nivel más bajo del precio del gas estadounidense.
En definitiva, se trata de un gran éxito para Europa. Ha evitado la profunda crisis que se temía y se ha independizado en gran medida del gas ruso. Al mismo tiempo, se han dado pasos importantes para avanzar en la transición energética. En los últimos meses, los políticos han puesto el pie en el acelerador para reestructurar fundamentalmente el suministro energético de Europa. Esperamos que esto reduzca aún más la vulnerabilidad de Europa a las turbulencias geopolíticas.