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- Sistemas de la Tierra
- Los sistemas de la Tierra sustentan el bienestar de nuestra sociedad, pero, preocupantemente, seis de los nueve límites del planeta se han vulnerado. Es indispensable, más que nunca, que traslademos el crecimiento económico a una base más sostenible. Para ello es necesario un marco de crecimiento económico que no vaya en detrimento de las reservas de recursos naturales y contribuya a reducir las desigualdades sociales.
- En este informe, ampliamos nuestra agenda de inversión para la sostenibilidad de los océanos al nexo más amplio de los sistemas de la Tierra: el clima, la biodiversidad, la tierra, el agua y los océanos, con un enfoque específico en los bosques, la tierra y la agricultura.
- Se requiere un liderazgo global en la cumbre de biodiversidad de la COP15 de diciembre y debe estar alineado con las cumbres climáticas de la COP. Esto puede materializarse, ya que los anfitriones de la COP27 del Clima y la COP28, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos tienen elevadas exigencias de importación de alimentos.
- Es necesario ampliar la agenda y pasar de centrarse simplemente en el cambio climático y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero a abordar todos los límites del planeta de forma global y al unísono, dadas las interconexiones entre ellos.
- La aspiración de la biodiversidad no sólo debe incluir la reconversión del 30% de la tierra y el mar en zonas protegidas, ni el fin de la deforestación y la degradación del suelo y la reducción del uso de pesticidas en un 50%, sino también debe evitar la pérdida y el desperdicio de alimentos, la adopción más amplia de prácticas agrícolas sostenibles, el aumento de los compromisos de las empresas con los objetivos naturales basados en la ciencia y el desarrollo de una taxonomía de los sistemas terrestres.
- El compromiso de los inversores con las empresas y los responsables políticos tiene un papel imprescindible para ayudar a avanzar en estos objetivos. Creemos que los bosques, la tierra y la agricultura también deben estar en el centro de esta agenda, ya que el sector agrícola representa el 70% de la extracción total de agua dulce del mundo, estimula hasta el 80% de la deforestación, causa alrededor del 70% de la pérdida prevista de biodiversidad terrestre y es responsable de alrededor del 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Un planteamiento coordinado a través de todos los sistemas de la Tierra y con la participación de múltiples partes interesadas podría entonces abordar la importante brecha de inversión que existe desde los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) directamente relacionados con la biosfera, es decir, la vida bajo el agua (ODS14), la vida en la Tierra (ODS15), el agua potable y el saneamiento (ODS6) y la acción climática (ODS13), que se encuentran entre los que menos fondos reciben.
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1 / El coste de la riqueza
La época del Antropoceno: el impacto de las actividades humanas en el clima y el medio ambiente de la Tierra
Durante los últimos 11.650 años, el ecosistema climático de la Tierra se ha mantenido relativamente estable y ha favorecido las condiciones para que la sociedad humana se desarrolle y prospere. Sin embargo, esta estabilidad se ve ahora amenazada por la transición del planeta del Holoceno a la época del Antropoceno, época en la que los seres humanos se han convertido en la influencia dominante sobre el clima y el medio ambiente.
El inicio de la revolución industrial marcó la llegada de la época del Antropoceno, de modo que en los últimos 100 años el mundo ha disfrutado de una prosperidad sin precedentes en términos de riqueza y nivel de vida. Por ejemplo, desde mediados del siglo pasado, la actividad económica se ha multiplicado por más de trece en términos reales, y la esperanza de vida humana ha aumentado 27 años en todo el mundo[1]. Sin embargo, estos avances han supuesto un coste. Las reservas de patrimonio natural, como los bosques, la pesca, las tierras agrícolas y los minerales, han disminuido un 40% per cápita.[2]
Para lograr que el crecimiento económico sea más sostenible es necesario un marco de desarrollo de la economía que no vaya en detrimento de las reservas de patrimonio natural, ya que, según las previsiones actuales, la demanda de energía se duplicará de aquí a 2050, mientras que la demanda de agua y alimentos aumentará hasta un 30%[3]De este modo, surgirá un enfoque más global de la crisis climática que aborde tanto la restauración de los servicios de los ecosistemas como el papel de la naturaleza en la regulación del clima.
Fronteras del planeta: El desarrollo seguro de los sistemas de la Tierra
No es de extrañar que los riesgos sistémicos que plantean los factores medioambientales se hayan convertido en un foco de atención cada vez mayor para los inversores, como ilustran los informes anuales sobre riesgos mundiales del Foro Económico Mundial. Los resultados muestran que en la última década los riesgos medioambientales han desplazado a los factores económicos y financieros como las mayores amenazas percibidas para el sistema financiero. La salud del planeta -en concreto, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad- se considera ahora una de las principales amenazas a largo plazo para el mundo, con efectos perjudiciales para las personas y para la sociedad.
Con el foco puesto en ayudar a comprender mejor estos riesgos, en 2009 el Centro de Resiliencia de Estocolmo[4] (SRC) publicó por primera vez su concepto de límites planetarios. Su trabajo, que sigue actualizándose, identifica los nueve procesos o límites planetarios que regulan la estabilidad y la resiliencia de los sistemas de la Tierra.
Estos procesos pueden agruparse en cuatro categorías:
- Ciclos biogeoquímicos mundiales del carbono, el agua, el nitrógeno y el fósforo.
- Los principales sistemas de circulación física del planeta, es decir, el clima, los océanos y la estratosfera.
- Las características biofísicas de la Tierra que sustentan la capacidad de autorregulación del planeta a través de la biodiversidad marina y terrestre y los sistemas terrestres.
- Y, por último, la carga de aerosoles y la contaminación química que están asociadas al cambio global antropogénico.
Cuando se traspasan estos límites y la Tierra se desplaza de su sistema de funcionamiento seguro, aumenta el riesgo de provocar cambios ambientales irreversibles a gran escala.
