Actualmente nos encontramos en un periodo con un alto grado de volatilidad. Ante este escenario, cuando los mercados están inmersos en una época de incertidumbre, sabemos que los valores que aportan un elevado índice de dividendos suelen generar rendimientos constantes y estables.
Existen numerosos motivos a favor de la inversión en dividendos, en primer lugar, las distribuciones son regulares, es decir, la distribución anual de dividendos se convierte en una fuente de ingresos recurrentes. En segundo lugar, es un amortiguador de riesgos, como los dividendos están en continua evolución, hará que sean una base de posibles riesgos puntuales en situaciones de declive. Por otra parte, estos valores están menos afectados por la volatilidad: las acciones con alta rentabilidad por dividendo se ven menos influidas por las oscilaciones. Finalmente, se refleja un aumento de la rentabilidad en la cartera, si se invierte en dividendos, se puede producir una mayor rentabilidad a largo plazo.
En el otro extremo de la balanza, debemos tener en cuenta que cuando la dinámica de beneficios se estanca en una empresa, la cotización de sus acciones también se resentirá. Por ello, incluso una alta rentabilidad por dividendos no es en sí mismo un argumento suficiente para invertir en una empresa y comprar acciones. Al fin y al cabo, desde el punto de vista puramente aritmético, una alta rentabilidad por dividendos puede darse también en acciones con una cotización que esté en fuerte descenso.
Así, el inversor que desee invertir atendiendo a los dividendos de la empresa, debe mirar más allá de la rentabilidad por dividendo y no invertir de forma sistemática en empresas que tengan una política activa de dividendos.
En este sentido, la estrategia de inversión de DWS se centra en la búsqueda de compañías con rentabilidades por dividendo sostenibles. La gestora cuenta con más de 21 mil millones de euros en activos bajo gestión dedicados a las estrategias de dividendo. Además, DWS cuenta con 15 años de experiencia en este sector, ya que en abril de 2003 se lanzó el primer fondo enfocado a estrategias por dividendo.