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- Los beneficios resisten, de momento
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Han pasado 44 días desde que empezase la guerra más reciente del presidente ruso Vladimir Putin. Desde entonces, el conflicto en Ucrania ha reemplazado a la pandemia como el tema dominante en los mercados financieros. Las noticias sobre las atrocidades cometidas por las tropas rusas van en aumento.[1]
Ante esta catástrofe humanitaria, el impacto potencial en los beneficios de las empresas es, lógicamente, uno de los aspectos menos importantes de la guerra de Putin. Aun así, resulta destacable que, hasta el momento, no ha sucedido lo que se temía a finales de febrero y principios de marzo, como reflejan no solo la recuperación de los principales índices de renta variable, sino, también, la resiliencia de las estimaciones de beneficios. Como ilustra nuestro Gráfico de la Semana, esto resulta aún más sorprendente, considerando el patrón estacional que suelen seguir las expectativas de beneficios.
Las estimaciones de beneficios de las empresas globales han resistido notablemente bien hasta ahora, pese a la guerra de Putin
Fuentes: Bloomberg Finance L.P., DWS Investment GmbH a 4/4/2022.
En un año típico, las estimaciones de beneficios tienden a ser excesivamente optimistas a principios de año. Luego se van revisando a la baja y se acaban estabilizando a lo largo del ejercicio. Esta vez, sin embargo, las estimaciones del S&P 500 se acercan bastante a lo que se esperaba para 2022 y 2023 a finales de 2021. En el caso del STOXX Europe 600, las estimaciones de beneficios han prolongado la inusual tendencia alcista del año pasado. Y en cuanto al MSCI World, como refleja nuestro Gráfico de la Semana, realmente es difícil encontrar alguna señal de que algo inusual ha pasado en este principio de año tan tumultuoso.
Por ahora, los problemas más destacados con las cadenas de suministro han afectado al cableado electrónico de los coches, provocando el cierre de fábricas por falta de componentes.[2] Es posible que la mayoría de las empresas ya incluyeran la invasión rusa de 2014 en sus planes de compras. «Desde el principio, ha dado la impresión de que la mayoría de las empresas del MSCI World podrían gestionar el impacto directo del conflicto, ya que el tamaño de las operaciones locales en Rusia y Ucrania es más bien limitado», apunta Thomas Bucher, Global Equity Strategist en DWS.
Las preguntas más complicadas tienen que ver con los efectos de segunda y tercera ronda del aumento de los precios de materias primas como el petróleo, el gas, el trigo y los fertilizantes, así como la capacidad de las empresas para repercutirles a los consumidores este incremento de los costes de producción, las demandas salariales resultantes y la función de reacción de la política monetaria. «Es probable que el impacto en los resultados del primer trimestre sea moderado. Pero, para el resto del año, seguimos pensando que las revisiones de beneficios mostrarán una tendencia claramente bajista, que será más acusada en Europa que en EE. UU.», concluye Bucher.